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Margarita y yo......

17 feb 2015



Margarita y yo estamos solas....De todos los consejos e instrucciones que me dieron para pasar el mal trance de una separación, uno de ellos fue "entregá urgente la perrita a un refugio, no vas a poder con todo"..... Por supuesto antes que vengan las nenas.....la que me lo dijo nos subestimó a Margarita y a mi (ojo yo también me vi mal, después de todo nunca tuve perros).... La verdad es otra, incluso para mi. Margarita me cuida, no me puede ver llorar, larga todos sus juguetes y viene a lamerme entera como si fuera un maravilloso bocado de los suyos. Lo hace con alma y vida, convencida que voy a dejar de lagrimear.  Y en efecto, lo hago, me levanto y me pongo a ordenar, pruebo cambiar cosas de lugar. Eso si, las dos crecimos en medio de este quilombito : yo dejé de vestirme como personaje de comic, botas, short y musculosa para que desistiera de morderme los pies.....dejó de hacerlo...abandone las tejanas....(en el fondo me encantaba andar así por la casa)..... Por mi parte, aprendí que no puedo salir con ella a hacer compras, se vuelve loca de atar aunque sepa que estoy ahí nomás, a pasitos....Me obliga a salir de casa, porque como los bebes y los chiquitos, hay que cansarla para que no joda de aburrimiento y ansiedad....lástima que no le puedo dar un alplax o un sorbito de un riquísimo malbec....así que ahí vamos las dos, por las calles del barrio aprovechándonos  de la tarde que ofrece una brisa alentadora y llena de perfumes.....Cuando salgo y la dejo sola en casa, me apremia el terror de volver y encontrar todo dado vuelta. Para nada, las cagadas las hace, cuando yo, estoy en casa. Reclama atención de muchas maneras.....Tuve que sacar todos los almohadones de los sillones, porque literalmente se los come....conseguimos una mantita que batería mediante, se coloca sobre el sillón y cuando ella intenta subir le da un patadita o tiene un tono, un sonido que solo ella escucha y la pone mal, me siento una nazi con aparato nuevo de tortura, pero en fin, también quiero a mis sillones, claramente son dos amores distintos....Le gusta el queso cremoso y come papas fritas conmigo. Las dos tenemos una rutina que nos tranquiliza....Cuando estoy escribiendo y la escucho ladrar, se que quiere que vuelva con ella un rato, y lo hago....No le gusta que hable por teléfono.....a mi tampoco en realidad, pero últimamente no me hace mal que haya gente que se preocupe y me mime....A la mañana, promedio estoy de pie a las 9....si no bajo, ella es un relojito y empieza a ladrar.....se conoce todos mis movimientos y yo los de ella. Incluso cuando quiere jugar.....Y me olvidaba, la gente se ve desde otra perspectiva....los que les tienen terror a los perros y los que los conocen.......yo no entraba en ninguna de las dos, pero las cosas cambian o no ????.........

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Cuentos de Hadas suburbanas . Todos los derechos reservados. © /Desarrollo: Maira Gall / Ilustraciones: Lau Rolfo