Páginas

Ya caí !!! el poder tiene su estrategia sabe como desviar la atención para otra parte !

11 nov 2016




Hace dos días que nos están gritando, dos días de una fabulosa actuación, dos días de mierda, en el trabajo, en uno que se dedica a hacer justicia. Pero no solo estamos lejos de esa tal justicia, que es en realidad un combo, en el que sobran hamburguesas, papas fritas, empanaditas de regalo porque hay megapromo de Burger (Burger pagáme, ponete las pilas que te estoy haciendo prensa). Todo es más sencillo de lo que ustedes piensan. Los tres camaristas, son como allá lejos y hace tiempo, lo eran Felipe II de España, la dinastía Borbón en Francia, y los Tudor en Inglaterra. Ellos pegando el grito, y nosotros los lacayos. Por qué ? simplemente para aparecer de vez en cuando recordándonos, quien manda acá, y acá señores, queda claro que mandan ellos. De trabajar ni hablar. Ya les conté mi edad y que soy funcionaria medio pelo, pero funcionaria al fin, me lo recontra gané. Podría ser jueza, pero les tengo un notición : "No hay nada peor que una mujer con poder", créanme, podría serlo si quisiera, pero crecí rodeada de ellas y ellos, gente snob, intelectual, sin empatía, monarcas caprichosas y caprichosos. Sus maridos, y /o esposas, los dejaron, sus hijos no las quieren/ o no los quieren, porque nunca están y no hacen este trabajo por vocación, porque al Poder Judicial no llega cualquiera. No entra cualquiera.
                         Entonces tenemos la escena, tres camaristas que cobran pesos casi 300.000 por mes, viven de lujo, se toman licencia y conocen el mundo mucho más que Philias Fogg y su buen amigo Jean Passepartout, en la vuelta al mundo en 80 días, de Julio Verne.
                         Hoy nos tocó a nosotras, (porque la muestra de poder decanta en una rueda, un día es una ordenanza que vive lejos y que inventa que esta enferma para no venir, otro día es un tipo  que pobre está en algo que llamamos la pecera y nunca nadie sabe a que hora viene o siquiera si viene, otro día es otra chica que falto porque le dolía el estómago), un día fui yo porque digo tanto la verdad que conté que corrí una maratón el día de mi cumpleaños en un invierno fatal y caí, no en la carrera, si en la cama con fiebre.
                           Ese día el tipo, el avenger camarista, me destripo en mi ausencia delante de toda la sala. "Una caradura, como va a ir a hacer semejante cosa un domingo sabiendo que el lunes tiene que estar trabajando acá". Ah, cierto que hacía unos meses que se había muerto mi papa, y mis amigas me empezaron a sacar de la tristeza corriendo. Las maratones suelen correrse los domingos. Uh doc, me acabo de acordar que mi papa, le hizo muchos favores políticos. Imagínense si no hubiese sido asi ?. Pero mi padre era un tipo excepcional, no me colocó de arriba, hice toda la carrera incluso como meritoria sin cobrar nada. Y si, también descubrí entonces que en nada se parecía a sus colegas, se hacía todas sus sentencias,  tenía solo una  cátedra en la facultad a la que concurría en persona. No hacía de la educación universitaria un negocio, y a los 33 años ya daba miedo. 
                       Se encerraba en su despacho y hacía sus sentencias a pulmón, rubros, una tasa de interés, se buscaba los agregados que necesitaba, cuando se quedaba solo a la tarde escuchando tango o a Joaquin Sabina. Son treinta y nueve camaristas y voy a recontrageneralizar porque salvo excepciones lo normal es entrar gritando a diestra y siniestra a la sala porque Racing perdió contra independiente por ejemplo o porque un abogado se coló en el ascensor que es solo para magistrados o porque no encontramos una causa penal que debió haber llegado en un sobre. Claramente, todo es pasto  para la crueldad. Y tiran bolazos  por acá y por allá, el tipo te puede decir que en la sala los únicos que laburan son los relatores -que justamente les hacen las sentencias, junto con dos secretarios,y dos proletrados, que con tal de no volver a los juzgados de primera instancia, se tiran al piso para que la reina no se embarre los pies y suba a la carroza. Necesitan hacerlo para recordarnos que están y que mandan, pero se olvidan de algo importantísimo, en realidad  somos empleados públicos, nosotros no somos sus empleados, todos somos empleados del Estado.

Y a nosotros, nos falta esa flema británica, esa capacidad del inglés para permanecer impasible, ante las situaciones más diversas. Pero acá la sangre latina es pura adrenalina, y quiere ir para adelante, quiere decirles que en realidad ellos son eso, empleados públicos que gritan y que si lo hacen diciendo que solo trabaja un grupo, los que forman parte de la secretaría, se desalientan y si trabajaban poco lo hacen menos, dejan de venir, piden licencias psiquiátricas hartos de esta gente mañosa sin empatia.....


                                 Ahora empezaron una requisa contra nosotras, nos tocó. Gira la rueda y hoy estamos abajo, palo y palo. Y el tipo viene, agresivo, haciéndose el loco.Porque la otra camarista, grita que nos va a habilitar horas, todos nosotros somos una vergüenza, recorre toda la sala gritando, es afortunada, tiene una casa lujosa, ahora con el aumento gana más que el ministro de economía, tiene dos hijas, una nieta y conoce todo el mundo, ah y tiene un marido que parece buena gente, y una foto de mi papa sobre su escritorio porque sin el no hubiese llegado, entonces llamo a un amigo que con otro grupo inicio un pequeño gremio contra el monopolio de Piumato, le pido una acordada de la corte para no perder tiempo. En esa acordada de la Corte Suprema de Justicia, se ordena a los jueces de primera instancia y a los camaristas que no pueden habilitar a quedarse a la gente horas de más (que no son horas extra porque el Poder Judicial no paga horas extra), sin pedir autorización a la Corte por escrito y con un argumento fundado. No lo puedo creer, aparece Facu en la sala, con otro que mide como dos metros, y siempre hay un renegado, resentido que no se sabe por qué (bah si se sabe), va corriendo al despacho del camarista y le dice que esta señorita llamo al gremio. Yo saludo inocentemente a los dos, y un secretario se acerca para amenazarme veladamente. Facu se da cuenta y salen a los tiros. En cuanto desaparecen, el camarista entra gritando, se dirige a mi, me amenaza, me dice que soy lela, que no me ubico y que lo sepan todos, si yo meto al gremio en su contra todos la van a pasar mal. Que en esa sala todos hacen lo que quieren (sentencias de ellos), que se van cuando quieren, y entran a la hora que quieren pero que a partir de ahora las cosas van a cambiar. Todo esto, con todo el grupo de empleados entre los que sobran los hombres pero hablan las mujeres, primero yo "Dr.  llamé para pedir un número de acordada porque hay dos chicas que se tienen que ir y me preguntaron qué hacer, no busqué gente del  gremio a propósito", que por ahora es el que lidera Piumato, llamé a un amigo, y aún cuando me digan que abrí el paraguas antes de tiempo, creo que ante una disposición dictatorial, tengo todo la razón  del mundo para averiguar cuales son nuestros derechos. La gente no tiene nada que ver, que quede claro que fui yo así me enseñó mi papa, su colega, ese que le hizo tantos favores.

                       Pegó un portazo, antes de decir que las dos rubias por las que muere se podían ir sin chistar, y que no era obligación del personal quedarse a buscar un sobre perdido, ahí saltó mi compañera, saco una bazooka, un lanzacohetes antitanques portátil, a tono con la humanidad del señor, que sin argumento ni arma a la altura,  se fue gritando groserías a diestra y siniestra, sin ton ni son.Volví a mi despacho, y no dejé de llorar durante más de media hora, fue el peor fin de semana de mi vida, no hubo un solo hombre que lo contuviera y nos ayudara .Es triste saber que las instituciones no tienen solución.....







Cuentos de Hadas suburbanas . Todos los derechos reservados. © /Desarrollo: Maira Gall / Ilustraciones: Lau Rolfo